El restaurante La Serrana está ubicado en la misma entrada de la calle que
sube a la famosa Gruta, primera casa a la izquierda, con una preciosa
decoración rural de herramientas para el trabajo del campo y objetos y fotos
antiguas de la ciudad, no es el más conocido del pueblo pero personalmente es el
que prefiero y al que acudo cuando paso por la zona.
Dispone de una amplia carta de platos en la que predominan los productos
típicos sin olvidar otros menos propios de la sierra pero que sirven para
atender todos los gustos como los pescados que no se encuentran en todos los
restaurantes de la zona.
El servicio en general es bastante bueno y sus propietarios encantadores.
Entre sus platos destacaría el salmorejo hecho con el excelente pan de que
allí disfrutan y la carrillada ibérica.
Tiene una amplia carta de postres caseros, de los que destacaría sus
puddings, sobre todo el de castañas, en temporada, y el de dátiles.
La bodega, aunque sigo pidiendo mi cerveza habitual, es bastante surtida.
Los platos son bastante abundantes siendo suficientes un plato para compartir
entre dos y un plato por persona además del postres para quedar más que
satisfecho.
Acompañan el postre con un detalle en forma de un excelente licor casero de
guindas y bombones.
Los precios son bastante ajustados para la calidad y cantidad de los
platos.
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