Ubicado junto al paseo marítimo de Conil, muy próximo
a su magnífica playa, a la que se accede mediante unas cómodas rampas.
Se trata de un Resort compuesto por dos hoteles
Fuerte Conil y Fuerte Costa Luz, cuyos clientes pueden disfrutar de los
servicios e instalaciones de ambos indistintamente.
Decoración: la Recepción en estilo moderno,
muy agradable y con muy buen gusto, las habitaciones están decoradas en estilo
más clásico, con muebles de madera.
Servicio: muy bueno, rápido y atento,
personal muy agradable, siempre preocupados por el bienestar del cliente,
constantemente preguntaban si teníamos algún problema y, ante cualquier duda o
consulta, se desvivían por resolverla.
Con quienes más tratamos fue con el personal de
Restaurantes y Animación, unos auténticos profesionales, servicio de cinco
estrellas, categoría que, supongo, no tiene el complejo por el tamaño de las
habitaciones, de todas formas, más que suficientes para dos camas de 0,90, una
cuna, escritorio, mesa auxiliar, dos butacas, baño completo y terraza con mesa
y dos butacas.
Limpieza: un diez, hasta los jardines y las
piscinas perfectamente limpios, incluso en los tres días en que nos cogió un
viento de Levante.
Restauración:
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Buffet: multitud de platos, siendo habitual el marisco,
tres tipos de carne y pescado que se cocinaban en vivo ante el cliente, menú
infantil, varios platos calientes, multitud de salsas e ingredientes para las
ensaladas, platos en frío que solían incluir canapés, multitud de postres,
entre ellos, al menos, dos tipos de tarta distintos y pastelillos, amplia
oferta de desayunos.
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Beach club: comedor informal exterior donde se podía
acudir en bañador, para almuerzos más ligeros.
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Grill, pizzería, y otros restaurantes para ofrecer
mayor variedad.
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Servicio de comidas en las habitaciones.
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Destacar la cena de gala de los sábados, con atenciones
a la entrada, copa de fino o manzanilla para los adultos, flores para las
mujeres y un pianista tocando.
Tipo de cocina: entre clásico e innovador.
Bebidas: amplia carta de vinos, aunque, me
faltó mi cerveza Cruzcampo, sólo tenían San Miguel.
Ambiente: bastante bueno, público
tranquilo y muy poco molesto, los niños eran bastante educados y no molestaban
a los demás clientes como en otras cadenas que he visitado.
Instalaciones:
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Gimnasio: tenía dos, uno en cada hotel, usaba el de mi
hotel, amplio, con buen surtido de máquinas y buenas maquinas.
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Piscinas: todas climatizadas, dos de adultos, una más
apta para la natación y otra más pensada para el baño relajante, dos para niños
más pequeños y una quinta para niños de mediana edad y con chorros de masaje,
un jacuzzi al aire libre, dos jacuzzis y dos piscinas cubiertos, uno de cada
por hotel.
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Jardines: muy extensos y perfectamente cuidados.
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Garaje: de pago, acceso muy cómodo y plazas y zonas de
maniobra amplias.
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Animación: oferta muy amplia, tanto para niños como
para adultos, la animación nocturna solía ser contratada con profesionales, con
oferta distinta para cada hotel, de forma que, si a un cliente no le gustaba un
espectáculo podía acudir al otro, la animación diurna estaba pensada y
diferenciada para niños y adultos, con un mini parque infantil cubierto.
-
Experiencias: se llamaba así a una serie de eventos
semanales como visita a las instalaciones del hotel, donde se podía comprobar
que todo era ecológico, una muy agradable vista de la inolvidable puesta de
sol, con invitación a los asistentes a copa de cava y otras actividades.
Tienen el detalle de admitir mascotas.
Relación total (incluye servicio, entorno,
calidad y cantidad de las comidas, instalaciones y precio). bastante buena.
Otros detalles: garantía de igualar la mejor
oferta que se encuentre, incluso después de hecha la reserva, y copa de
bienvenida a la llegada.
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