Decoración: estilo clásico, aunque apenas entramos porque nos sentamos en las mesas ubicadas en la calle.
Servicio: muy bueno, rápido y atento, personal muy agradable.
Cantidad de platos: mucha y variada, muy abundantes.
Tipo de cocina: clásico, a tono con la zona.
Bebidas: como siempre mi Cruz del Campo de barril.
Ambiente: muchos turistas, nacionales e internacionales, pero también es asiduo público de la ciudad, estaba lleno, a pesar de ser un día entre semana, quedaba si acaso un poco agobiante porque la calle es pequeña y estaba llena de mesas de los distintos restaurantes de la misma
.
Mejor plato: tomamos un contundente menú rondeño, compuesto por dos platos, postre, pan y bebida, había dos menús y varios platos de primero y segundo a elegir en cada uno, aunque no soy aficionado a las migas, decidí probarlas y eran exquisitas, los surtidos de chacinas muy buenos también, el plato rondeño, para tomar sólo uno.
Postres: tenían postres caseros bastante buenos.
Relación total (incluye calidad, cantidad de la comida, atención, sabor, elaboración y precio). muy buena.